Bienvenidos a Psicología de Vida

A través de este blog quiero compartir conocimientos y experiencias sobre la mente, el comportamiento y el sentir humano. Lejos de tecnicismos y diagnósticos psiquiátricos, me centro en la vida misma, en los condicionantes que influyen día a día en la felicidad o infelicidad de cada uno de nosotros. Para ello me baso en mi experiencia clínica en la consulta, en mi pasión por seguir formándome y aprendiendo cada año, cada día; en numerosas investigaciones que he contrastado; y cómo no, en mi experiencia personal. Mi objetivo es aportar y compartir. Mi deseo, poner en tus manos herramientas para ser más feliz.

viernes, 6 de marzo de 2015

PAREJAS... ¿PARA TODA LA VIDA?


        Tal vez nuestros abuelos y abuelas conformaron una pareja para toda la vida. Seguramente nuestros bisabuelos y tatarabuelos también. Quizás, aunque menos probable, y dependiendo de su edad, nuestros padres también. Sin embargo, en nuestros tiempos, la relación de pareja para toda la vida ya no es una constante.


Los datos estadísticos dicen que, después de los cinco años de casarse nada menos que el 60% de los matrimonios se plantean divorciarse. Y a esto se suma el porcentaje de parejas que, aun estando mal, no se lo plantean por dificultades económicas, familiares, etcétera, y “aguantan” en el matrimonio como pueden…





¿ESTAMOS ANTE UNA “CRISIS DE LA PAREJA”?



No olvidemos que la palabra “crisis” significa “cambio”. Y creo que nadie duda que estamos en un periodo de pleno cambio en la humanidad. Estamos en la era de la información, de las tecnologías, del desarrollo. Está cambiando el modelo económico, el religioso, el político, el científico. Están cambiando los valores personales, la consciencia de la humanidad,  y también está cambiando el modelo de amor. Mientras que hace más hace unos 50 años hablábamos de la pareja como “tu otra mitad”, la que te complementa y da sentido a tu vida, ese modelo llamado “amor romántico” está desfasado, y ha sido sustituido por un amor de “dos enteros”. Esto significa que los miembros de la pareja son (o debieran ser) personas completas, independientes, preocupadas por su propio desarrollo y crecimiento personal, y que se unen a otra persona para “compartir” su felicidad y no para conseguirla a través de ella. El “compartir” en la pareja también es una forma es la que los miembros se desarrollan y enriquecen mutuamente.

 Sin embargo, en estos tiempos también el desarrollo personal ocurre de una forma mucho más rápida. Tenemos a nuestra disposición innumerables opciones de vida: desde diferentes actividades a practicar en el tiempo libre, como distintas formaciones, opciones laborales, contactos personales, etc. Y gracias a las nuevas tecnologías toda la información la tenemos en nuestro móvil rápidamente y en cualquier lugar. Basta un clic en google para tener a nuestra disposición cualquier información en el momento; o un clic en facebook, instagram o twiter para abrir una lista de cientos de personas y grupos con los que podemos contactar…

Esta multiplicidad de opciones y el fácil acceso a ellas también hacen más posible que las personas vayan explorando diferentes experiencias, y si los miembros de una pareja escogen opciones distintas pueden ir  distanciándose entre ellos.



 Todo se une a una mayor exigencia tanto a nivel personal como de pareja. Por ejemplo, hace 50 años éramos felices simplemente teniendo una vida estable y una pareja que “encajara” en nuestro estatus familiar y social; y este estatus se conseguía a menudo teniendo una pareja de toda la vida, ya que la sociedad consideraba que era lo adecuado. Ahora en cambio,  exigimos mucho más para estar bien en pareja. Exigimos más compatibilidad de caracteres, valores y gustos comunes, que nuestra pareja acompañe nuestra evolución personal, etc.



Y no es que esta mayor exigencia sea negativa porque dificulta que la pareja permanezca unida para siempre. Más bien al contrario: supone un reto para superarse y hacer que la pareja crezca, se adapte,  o bien, que acepte que ya no pueden continuar juntos, y crezcan por separado.



A veces la pareja caduca, y tiene que romperse, para que sus miembros puedan seguir creciendo y ser felices. Debemos aceptar esto. Algunos expertos hablan de una nueva era de las relaciones de pareja en la que la norma es tener varias parejas a lo largo de nuestra vida. Hablan de “monogamias secuenciales” para designar a estos periodos en los que tendremos diferentes parejas en cada secuencia de nuestra vida.





CLAVES PARA CUIDAR LA RELACIÓN DE PAREJA



Se trate de una relación  para toda la vida o de duración limitada, la pareja requiere de unos cuidados para mantenerse en un estado de bienestar. Algunas claves para cuidar la pareja son:

  •    Cuidar el espacio personal de cada miembro. Que cada uno sea responsable de cuidar su propio crecimiento personal, y no hacer depender su bienestar  exclusivamente de la pareja.
  •  La pareja debe compartir, crear espacios y proyectos comunes, evitando la monotonía. No es una contradicción con la clave anterior, más bien al contrario, ambos espacios se complementan. Visitar lugares nuevos, probar nuevas actividades y experiencias,  tener metas comunes y renovarlas, compartir con otras personas, con otras parejas…
  • Revisar la pareja. De vez en cuando, la relación debería plantearse una especie de “itv”. Por ejemplo, hacer un pequeño retiro de fin de semana al año, destinado a hacer balance de cómo se siente la pareja, puntos débiles, puntos fuertes y propuestas de mejora.   
 Mónica Ferrera, psicóloga y psicoterapeuta.
www.monicaferrera.es