Bienvenidos a Psicología de Vida

A través de este blog quiero compartir conocimientos y experiencias sobre la mente, el comportamiento y el sentir humano. Lejos de tecnicismos y diagnósticos psiquiátricos, me centro en la vida misma, en los condicionantes que influyen día a día en la felicidad o infelicidad de cada uno de nosotros. Para ello me baso en mi experiencia clínica en la consulta, en mi pasión por seguir formándome y aprendiendo cada año, cada día; en numerosas investigaciones que he contrastado; y cómo no, en mi experiencia personal. Mi objetivo es aportar y compartir. Mi deseo, poner en tus manos herramientas para ser más feliz.

sábado, 8 de septiembre de 2012

DONDE COMIENZA EL AMOR: LA "AUTOESTIMA"


Quién no se ha planteado alguna vez en qué nivel está su Autoestima; si está alta, baja, o como algun@s dicen, por los suelos… El concepto Autoestima es quizá uno de los más utilizados, por profesionales y por el público en general. De esta forma, la expresión tener Baja Autoestima se emplea con frecuencia cuando una persona no se quiere a sí misma, no se valora, no cree en sus cualidades; también cuando no se cuida, o permite que los demás no la cuiden o la humillen, cuando se aísla o incluso cuando una persona está triste o no tiene ilusión. Así, el término Autoestima se convierte en una especie de comodín, empleado en la jerga popular para explicar casi todos los males del sentir humano. No es extraño, por tanto, que numerosos libros y talleres versen, precisamente, sobre “Cómo mejorar la Autoestima”. 


Pero, realmente, ¿alguien sabe explicar de forma concreta qué es y cómo elevar la autoestima? ¿O el concepto se ha desvirtuado de tanto usarlo?

Si comenzamos por analizar la palabra, tenemos auto-, proveniente del griego, que significa “sí mismo”; y –estima: “querer”, “valorar”,”apreciar”. Resultado: valorarse o amarse a sí mismo. Pero, ¿cómo conseguir esto?

Propongo, antes de analizar el amor a uno mismo, una pregunta como reflexión dirigida a los demás:

“¿Qué cualidades te parecen más admirables en los demás?”

Tal vez te resulte útil recordar qué cualidades hicieron que te enamoraras de alguien o qué cualidades te gustaría que tuviera una pareja ideal para ti.

Si quieres que esta lectura te resulte verdaderamente reveladora, te propongo, antes de continuar leyendo, que elabores una lista con todas esas cualidades que veas admirables en los demás. Puedes incluir de 10 a 20 cualidades.

Quizá algunas de estas cualidades que te resultan admirables en una persona sean:
  •  “Afectuosa”: que muestre cariño y sea una persona querida. 
  •  “Atractiva”: con cualidades físicas y/o personales atrayentes.
  •   “Alegre”: con ganas de disfrutar de la vida.
  •  “Sociable”: que se relacione positivamente con las personas.
  •   “Con capacidades”: profesionales, artísticas, intelectuales…
  •   “Con metas”: con objetivos alcanzados y por alcanzar.
  •   “Segura”: que sabe lo que quiere y es coherente para conseguirlo.
  •    “Auténtica”: persona sincera y clara.
  •   “Satisfecha”: persona que acepta quién es, incluso con sus debilidades.
  •     “Confiada”: cree en sus capacidades y se muestra tal como es.
  •  “Saludable”: que se cuida, física y/o mentalmente.
  • ...

O tal vez hayas incluido otras cualidades. Pero ¿sabes qué es lo más interesante de tu lista? Que estas cualidades son las que están en ti. Puede que esto te sorprenda o incluso te choque. Pero la realidad es que sería imposible que tú admiraras estas cualidades si no las reconocieras en ti. Lo que sí puede ocurrir es que sólo estén en forma de semilla, sin que te preocupes de cultivarlas y darles vida.

Por tanto, cuantas más cualidades de tu lista tengas sin cultivar, menos amor y admiración sentirás por ti. Se convierte por tanto la autoestima es un auténtico proceso de conquista a un@ mism@.


Y podríamos pensar que la autoestima se adquiere en función de cómo nos valoran los demás: qué piensan de nosotros nuestros padres, nuestra pareja, nuestros amigos o compañeros. Y es cierto que parte del autoconcepto se construye a partir del reconocimiento de los demás,  pero esto es sólo una pequeña parte. La fuente del amor a uno mismo emana del interior y es un trabajo propio. Si no es así, dependeremos de los halagos de los demás constantemente para saciar nuestra sed, y esta dependencia no nos resultará admirable de nosotros.

 LA CONQUISTA A UN@ MISM@

      Cuenta una leyenda que Pigmalión, escultor y Rey de Chipre, quería casarse con una mujer que correspondiera a su ideal de mujer perfecta. Tras años de búsqueda, finalmente, decidió no casarse y dedicar su amor y su tiempo a crear la más bella de las estatuas.
Guiado por su amor, empezó a esculpir una bella estatua de mujer, a la que llamó Galatea, tan perfecta y hermosa, que el rey se enamoró de ella perdidamente. Profundamente atraído por su obra, no podía dejar de pensar en su amada de marfil. La observaba y admiraba durante horas, y soñaba que cobraba vida.
        Una noche, Pigmalión se dirigió a la estatua, y al besarla, ya no sintió los helados labios de marfil, sino una suave y cálida piel en sus labios. La estatua había cobrado vida.
     Se cuenta que la diosa Venus había intervenido en el milagro y dirigiéndose al Rey mencionó:

        “Mereces la Felicidad, y una Felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal”.

        Cada día es una oportunidad para esculpirnos a nosotros mismos. Elige cada día una de esas cualidades que admiras; puedes inspirarte en personas que la muestren;  y compórtate como si tuviera vida en ti. Si es la alegría, simplemente sonríe, como si te sintieras feliz; si es la seguridad, habla mirando fijamente a los ojos, o camina observando la firmeza de tus pasos… Y poco a poco, sentirás como la escultura que vas creando en ti, va despertando tu amor y admiración y, por fin, irás sintiendo cómo cobra vida en tu ser...