En
tiempos en los que se respira un ambiente de negatividad y crisis, surge una de
las emociones que más sufrimiento produce: la impotencia. Mucha gente sufre con
la idea de que nada se puede hacer, de que se sienten impotentes, y que por
mucho que quieran, nada consiguen cambiar las cosas. Sin duda, la falta de
control sobre lo que ocurre nos hace infelices. Pero ya dijo un sabio: “Lo
importante no es lo que nos pasa, sino qué hacemos con lo que nos pasa”. En
estas fechas de transición a un nuevo año, propongo rescatar de nuestra memoria
tres sencillas ideas que ya sabemos, pero que quizás estemos olvidando
poner en práctica:
1) DEJAR IR
Si constantemente nos lamentamos
recordando aquel pasado que se fue, aquel familiar que ya no está, o todo lo
que teníamos y ya no tenemos (pertenencias, dinero, o trabajo), estamos
anclados en el pasado. Igualmente ocurre si en el presente mantenemos una
pareja que nos está destruyendo, o soportamos unas amistades que nos desgastan,
por miedo a dejarlas ir y sentir la soledad. Incluso ocurre cuando nos apegamos
a antiguos objetos o ropas que ya no nos sirven, en lugar de tirarlos o donarlos.
Entonces nos llenamos de cosas viejas, de recuerdos que nos hacen vivir en el
pasado, y no permitimos que nada nuevo entre en nuestras vidas. Dejar
ir es quitar el ancla que nos impide avanzar en la vida.
2) DEJAR SER
¿Te has parado a pensar en la
energía que puedes agotar intentando cambiar aquello que no puedes cambiar? Hay
personas que incansablemente luchan por cambiar a su pareja, tratan de enseñarles “cómo deberían de ser”.
Y en ese intento, continuamente frustrado, insisten una y otra vez de la misma
forma: con diálogos, riñas, o incluso castigos de escarmiento. Todo con la
fantasía de que algún día, por fin, como por obra de un milagro, se produzca el
ansiado cambio. Esto también puede ocurrir con nuestros padres, cuando no
soportamos algo de ellos y queremos cambiar lo que han sido durante toda su
vida. Dejar ser es todo un acto de
humildad y respeto. Es aceptar que no tenemos el poder de cambiar el mundo,
y cuando esto ocurre, el agotamiento y
la frustración se tornan en paz y descanso.
3) DEJAR ENTRAR
Cuando nos hemos permitido Dejar ir aquello que nos mantiene
anclados y Dejar ser aquello que no
podemos cambiar, nos vaciamos de lo inservible y del esfuerzo inútil, y estamos
preparados para recibir cosas nuevas en nuestras vidas. Como ya sabemos, todo
vacío tiende a llenarse, pero, claro, si lo permitimos. Y en este sentido,
hemos de cuidar de llenarnos de cosas nuevas, y no de lo antiguo disfrazado de
nuevo, con experiencias o parejas similares, que vuelvan a perpetuar el
sufrimiento. Dejar entrar es permitir la
entrada de aires nuevos: vivir nuevas vivencias, con personas nuevas y
diferentes, nuevas actividades y aprendizajes, lugares nuevos…
Sentirse abiert@ a recibir lo
bueno que nos llega de la vida, con alegría y agradecimiento.
"Espero y deseo haber contribuido con
este artículo, para que en el próximo año 2013, cultives la Libertad, la Paz,
la Felicidad y la Abundancia en tu Vida."
FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO 2013