Bienvenidos a Psicología de Vida

A través de este blog quiero compartir conocimientos y experiencias sobre la mente, el comportamiento y el sentir humano. Lejos de tecnicismos y diagnósticos psiquiátricos, me centro en la vida misma, en los condicionantes que influyen día a día en la felicidad o infelicidad de cada uno de nosotros. Para ello me baso en mi experiencia clínica en la consulta, en mi pasión por seguir formándome y aprendiendo cada año, cada día; en numerosas investigaciones que he contrastado; y cómo no, en mi experiencia personal. Mi objetivo es aportar y compartir. Mi deseo, poner en tus manos herramientas para ser más feliz.

domingo, 19 de febrero de 2012

UNA CLAVE PARA EL ÉXITO: "LA INTELIGENCIA EMOCIONAL"

          Prácticamente todas las personas realizan en algún momento de su vida un Test de Inteligencia; ya sea en la escuela o en alguna prueba de selección laboral. El Test de Inteligencia mide un nivel llamado popularmente Coeficiente Intelectual, aunque es más correcto el término Cociente Intelectual. El nivel medio establecido como resultado de esta prueba es de 100 puntos, con una variación por debajo o por arriba de 15 puntos. Se considera una persona superdotada cuando alcanza 130 puntos, y déficit intelectual cuando ronda los 70. Sin embargo...



          ¿SON LAS PERSONAS CON UN COCIENTE INTELECTUAL MÁS ALTO LAS QUE TIENEN MÁS ÉXITO EN LA VIDA?

          Los datos afirman rotundamente que no. De hecho todos hemos podido comprobar cómo personas aparentemente inteligentes, o de alto rendimiento académico no tienen éxito o no les va bien en la vida. Sin embargo, otras personas con un nivel de Inteligencia medio, o más bajo, son capaces de gestionar adecuadamente su vida, son más felices e incluso tienen más éxito laboral.


          La clave está en la definición de Inteligencia que se ha considerando hasta ahora. Los Tests de Inteligencia miden solamente las habilidades de una mitad del cerebro: el Hemisferio Izquierdo, encargado de funciones cognitivas como el vocabulario, las matemáticas, el razonamiento verbal, la memoria a corto plazo, el movimiento ocular y manual. Pero todas estas funciones no sirven de nada si no son gestionadas por la otra mitad del cerebro: el Hemisferio Derecho, encargado de las habilidades emocionales. Un ejemplo de esta afirmación es cuando un estado alto de tensión nerviosa nos bloquea la elaboración de un examen, dejando lo que se conoce popularmente como “la mente en blanco”. En ese momento, la parte emocional del cerebro inactiva la parte cognitiva.




          En el terreno animal, los científicos dicen que un animal es más evolucionado o más inteligente que otro cuando “se adapta mejor al ambiente”, y de hecho esta adaptación es lo que le permite sobrevivir. Este principio de adaptación al medio, trasladado al terreno humano, es el que garantiza a la persona el éxito y la felicidad. Se trata de personas con capacidad de motivarse a sí mismas, perseverar en sus metas a pesar de las frustraciones, controlar adecuadamente sus impulsos, regular sus estados de ánimo para impedir que bloqueen las capacidades cognitivas, y también,con capacidad para entender a los demás e influir en ellos con habilidades sociales. Todos estos aspectos son los que engloba el concepto Inteligencia Emocional.


                       DESARROLLAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

      Mientras que el estudio del tradicional concepto de Inteligencia, restringido erróneamente a las habilidades cognitivas, tiene una antigüedad de 100 años, la Inteligencia Emocional se estudia desde hace poco más de una década. Sin embargo, este término ha revolucionado hasta tal punto el entendimiento del éxito en la vida humana, que en más de 12 países ya se incluye como programa educativo en las escuelas. Desgraciadamente, no es el caso de España.

          Para empezar a entrenar la Inteligencia Emocional es importante entender un principio básico: todas las emociones tienen su utilidad y podemos progresar gracias a ellas. No existen emociones negativas, sólo podemos decir que son agradables o desagradables, pero todas nos indican algo que debemos resolver. Podemos hacer el símil del panel de control del coche, que gracias a las lucecitas que se activan nos indican que algo va mal en el vehículo y debemos resolverlo.

          Así, por ejemplo,  la emoción de la rabia nos indica que queremos poner límites a una persona o situación, y ahí está su utilidad, pero actuar inteligentemente implica gestionar esa rabia para resolver el problema. Opuestamente,cuando la rabia no se gestiona, puede dar lugar a explosiones tan descontroladas de ira capaces de romper para siempre una relación familiar o de pareja.

                            EMPEZAR: CONOCER NUESTRAS EMOCIONES


          Entendiendo el principio de “utilidad de las emociones”, para empezar a desarrollar tu Inteligencia Emocional  te recomiendo este ejercicio:


          Durante la próxima semana haz un registro diario con tres columnas. En la primera columna enumera las emociones que has sentido a lo largo del día: tristeza, alegría, miedo, enfado…; en la segunda, intenta identificar su posible utilidad en tu vida actual (quizás esto es lo más difícil, pero inténtalo) y finalmente, en la tercera columna, anota cómo has reaccionado ante la emoción.
Con este simple ejercicio, podrás comprobar cómo empiezas a entender las primeras claves emocionales para gestionar exitosamente tu vida: tu relación contigo mism@, con los demás y con el mundo…

          “Una vez más, te recuerdo: el éxito en tu vida, está en tus manos…”